RETO
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¿Qué
puedo hacer yo?
Creo que una de las cosas principales que podemos hacer para
fomentar la igualdad es empezar por uno
mismo, tratar a todas las personas en la misma igualdad que querríamos que nos trataran, mirarnos y ver como actuamos en nuestro día a día. En los puestos
de trabajo lo más importante es el respeto,
tanto hacia las personas con las que trabajamos como hacia las personas que
tenemos que atender. Es un valor fundamental para la igualdad.
Cada persona es libre de ser y mostrarse tal como es sin
tener que obtener el beneplácito de los demás. Trabajamos en continuas críticas
y malas caras, aunque no sea necesario tener una relación de amistad con los
compañeros y con los usuarios en general, si tener una relación de armonía que ayude a mejorar el ambiente
en el centro de trabajo.
Por ello propongo
recibir en el centro de trabajo, cada equis tiempo, charlas psicológicas de trato con un profesional que ayude a enfrentarnos a esas situaciones que se
plantean entre compañeros y con los usuarios y sirvan de apoyo para conseguir
esa interiorización de la igualdad. También realizaría posteriormente a las
impartidas por el profesional, mesas
redondas entre los compañeros de
trabajo para poner en común, teniendo las herramientas aprendidas de esas
charlas con el personal de psicología, las vivencias que hemos tenido
individualmente con respecto a esos temas de igualdad de trato, convivencia y
armonía desde el respeto.
Estas prácticas mejoraría el trabajo en equipo y se trasmitiría en la mejor
atención a los usuarios.
También propondría, ya que yo trabajo en un polideportivo,
fomentar los juegos:
“Un mes, una causa”
Cada mes, en fin de semana juegos que acerquen esas
desigualdades y fomenten el ayudarnos unos a otros, en una competitividad sana
donde todos participan y nadie gana. Desde; el juego del pañuelo, lanzamientos
a canasta, partidos deportivos, buscar objetos en harina y agua, lanzamientos
de objetos a ver quien llega más lejos, juegos en piscina, etc. Aplicar la
diversión y felicidad que teníamos cuando éramos niños.
Se harían equipos de personas discapacitadas con personas sin
discapacidad, personas mayores con personas jóvenes, hombres con mujeres,
uniendo a las personas de distintas razas o edades con otras. Se analizaría el
grupo de los participantes y se formarían grupos heterogéneos que ayuden a ver
las distintas realidades de los demás.
Y como al finalizar se hacen en muchos partidos: comer todos
juntos.
En definitiva, remar todos en la misma dirección.
“Equipoooooo”
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